‘Los Ensayos’ T2: Pensamiento en imágenes

Por Ariadna Vidal

Nathan Fielder en 'Los Ensayos' T2.

Mientras que en la primera temporada el ensayo era propuesto como una herramienta personal para prepararse ante situaciones inciertas, en esta nueva entrega se plantea como un método para abordar un problema mayor. Nathan Fielder parte del convencimiento de que la falta de comunicación entre piloto y copiloto es un factor determinante en todo accidente aéreo. Siguiendo la hipótesis de un experto en la materia, el realizador se propone demostrar que los ejercicios de interpretación podrían contribuir a mejorar las habilidades comunicativas de los comandantes. A través de personajes ficticios, estos podrían intercambiar inquietudes en torno al vuelo que, de otro modo, nunca expresarían por miedo a generar un conflicto en el espacio laboral. Así, el contexto escénico ampararía un diálogo fundamental para garantizar la seguridad a bordo.

¿Nos encontramos ante una comedia disparatada o ante una investigación respetable?

Este punto de partida parece determinar con claridad el rumbo que tomará el resto del metraje. Sin embargo, numerosas derivas complican el itinerario, difuminando por momentos el objetivo del viaje. El relato muta constantemente, impidiendo su clausura, abriéndose a nuevos temas tras cada giro de guión. Esta inestabilidad garantiza un visionado tan sorprendente como desconcertante: por momentos, resulta difícil seguir los absurdos razonamientos que articulan la serie, así como dictaminar la naturaleza de aquello que comparece en pantalla. Mientras que lo real se confunde con su representación, la comedia se disfraza de sensatez. En consecuencia, una sugerente ambigüedad impregna todos los aspectos de la producción, afectando tanto al tono como al tema.

¿Nos encontramos ante una comedia disparatada o ante una investigación respetable? ¿Es esta una obra sobre los beneficios del ensayo en la seguridad aérea o esta premisa podría ser tan solo un señuelo, una fachada que oculta el verdadero tema?

Nathan Fielder es el creador y figura protagonista de ‘Los Ensayos’ T2.

Documentando lo invisible

Si existe alguna fuerza capaz de armonizar la heterogeneidad de las propuestas contenidas en esta segunda temporada, esa podría ser la figura de Nathan Fielder. Su doble rol como realizador e intérprete le otorga un control absoluto sobre el desarrollo de los acontecimientos, estableciéndolo como el principal responsable de la lógica surrealista que organiza el relato. Introduciéndose en la escena, Fielder garantiza que las insólitas conexiones que él mismo ha ideado se desarrollen con fluidez. Estas parecen ilustrar los procesos mentales de su autor, caracterizados por pensamientos obsesivos, razonamientos poco convencionales y asociaciones inesperadas.

En este sentido, sus imágenes podrían ser vistas como imágenes mentales, lo que permitiría inscribir a Los ensayos dentro de un giro subjetivo que diversos teóricos han observado en el documental contemporáneo. Dicha renovación se distingue por desplazar la principal aspiración del género del registro de la realidad visible a la captura de lo real no visible. La segunda temporada de Los ensayos se alinea con este propósito, al visibilizar —a través de simulaciones— las dinámicas que tienen lugar en el interior de la cabina de un avión, espacio cuyo registro visual está prohibido por las aerolíneas. No obstante, esta voluntad adopta diversas formas a lo largo de los episodios.

Mientras que las imágenes dan a ver las particularidades de su pensamiento, la trama nos plantea su subjetividad como un misterio que nunca llega a resolverse

Por ejemplo, en la adaptación de la autobiografía del piloto Chesley “Sully” Sullenberg, se empieza representando anécdotas descritas explícitamente en el texto, para terminar explorando aquello que las palabras sugieren sin llegar a decir. En ese mismo episodio, Fielder afirma que estos ejercicios creativos, lejos de alejarlo de la verdad del personaje, lo aproximan aún más a ella. Este interés por poner en escena lo invisible se evidencia especialmente en la resolución del episodio, donde Fielder especula sobre lo ocurrido durante un instante de silencio en la grabación de audio del vuelo que catapultó a Sully a la fama.

Fielder «interpretando» a Chesley Sullenberg en el tercer capítulo de ‘Los Ensayos’,.

Una mirada enigmatica

Sin embargo, la manifestación más evidente de esta obsesión por lo invisible es la insistencia de la serie en la psicología de Nathan Fielder. Mientras que las imágenes dan a ver las particularidades de su pensamiento, la trama nos plantea su subjetividad como un misterio que nunca llega a resolverse, como una imagen que rehúsa definirse. Esta idea se desarrolla en una subtrama en la que, tras descubrir que su obra ha sido asociada al espectro autista, Fielder se somete a un test psicológico. La prueba consiste en identificar las emociones de diferentes personas observando únicamente sus ojos, fotografiados en primerísimo primer plano.

La incapacidad de Fielder para identificar correctamente los sentimientos representados en las imágenes sugiere su posible pertenencia al espectro autista. No obstante, su negativa a conocer los resultados de la prueba mantiene abierta la incógnita. Tras esta renuncia, un zoom encuadra al autor en primerísimo primer plano, enmarcando sus ojos a la manera de las imágenes del test. Con este gesto fílmico, su subjetividad se establece como la incógnita fundamental de Los ensayos.

La segunda temporada de ‘Los Ensayos’ está disponible al completo en Max.