‘Lockerbie’ dramatiza de manera correcta un hecho clave de los 80

Por Marina Such

Colin Firth en 'Lockerbie: En búsqueda de la verdad'.

Periódicamente, la ficción redescubre un hecho histórico reciente que, en su momento, fue muy importante y del que ha pasado el suficiente tiempo como para que sea posible una lectura en otra clave, más allá de la inmediatez de la cobertura periodística del momento. La década de 1980 está repleta de esos incidentes; si hace unos años tuvimos el enorme éxito de Chernobyl, que se acercaba a aquel desastre desde la óptica actual de la post verdad, ahora es el turno del atentado de Lockerbie.

En la historia del Reino Unido, Lockerbie todavía es el peor atentado cometido en su territorio

Ocurrido el 21 de diciembre de 1988, un avión de la compañía Pan Am, que cubría el trayecto Frankfurt-Detroit con escalas en Londres y Nueva York, explotaba sobre esa localidad escocesa. Los restos del aparato cayeron sobre sus calles, incluida una parte importante del fuselaje, que se estrelló contra varias casas. Como resultado, fallecieron los 259 ocupantes del vuelo y once vecinos de Lockerbie, y las imágenes que se vieron por televisión del incidente eran bastante impactantes para unos años en los que los secuestros y atentados contra vuelos comerciales estaban a la orden del día. Dos años antes, por ejemplo, una bomba había explotado en un avión de TWA que iba de Los Ángeles a El Cairo mientras se acercaba a su escala en Atenas, causando la muerte de cuatro pasajeros y obligando al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia.

En la historia del Reino Unido, Lockerbie todavía es el peor atentado cometido en su territorio, y representa también el estado en el que se encontraba la geopolítica estadounidense en aquellos años, cada vez más centrada en Oriente Medio y en la guerra en marcha entre Irán e Irak. En julio de 1988, un navío de la Armada estadounidense había derribado por error un avión comercial iraní en el Golfo Pérsico y, además, la Casa Blanca tenía en su punto de mira a la Libia gobernada por Muamar el Gadafi, a la que acusaba de haber financiado atentados como el de la discoteca berlinesa La Belle, en 1986, en el que murieron dos militares estadounidenses. Como represalia, Ronald Reagan había ordenado bombardear Trípoli.

‘Lockerbie: En búsqueda de la verdad’ nos muestra el peor atentado de la historia de Reino Unido.

De qué va ‘Lockerbie’

Todo este contexto histórico es importante para comprender lo que Lockerbie: una búsqueda de la verdad cuenta. Que es similar a lo que se ve en una docuserie con el mismo título que también está disponible en SkyShowtime y en la que se puede ver a la persona real a quien interpreta Colin Firth, Jim Swire, médico inglés que perdió a su hija en el atentado y que siempre ha querido saber la verdad sobre quién puso aquella bomba, más allá de la persona que terminaría siendo condenada por ello.

Colin Firth es el actor ideal para esa tozudez digna motivada puramente por el enorme dolor de la pérdida de su hija mayor

En ese aspecto, la miniserie es modélica en cuanto a su fórmula, no demasiado diferente de, por ejemplo, la de Desaparecido, película de Costa Gavras con Jack Lemmon como el padre de un estadounidense desaparecido en los primeros momentos de la dictadura de Pinochet en Chile. O Ciudad tóxica, miniserie recientemente estrenada en Netflix sobre los esfuerzos de una madre por conseguir que el ayuntamiento de Corby reconozca los efectos nocivos para la salud de los vertidos tóxicos de las acererías de la ciudad.

Swire se obsesiona con el caso porque, desde el principio, sospecha que su gobierno está ocultando información. Lockerbie se convierte en un arma importante de la pelea de Estados Unidos contra Libia, lo que a veces entra en conflicto con lo que los familiares de las víctimas quieren. Y Firth es el actor ideal para esa tozudez digna motivada puramente por el enorme dolor de la pérdida de su hija mayor. Él nunca va a parar, y no tanto porque dude de que vaya a hacerse justicia de verdad sino porque, en el momento en el que lo haga, ya no podrá seguir conjurando el recuerdo de su hija, trayéndola de algún modo de vuelta a la vida a través de sus intentos de que, por ejemplo, Gadafi entregue a los dos sospechosos identificados en 1991.

Colin Firth interpreta a Jim Swire en ‘Lockerbie: En búsqueda de la verdad’.

Los puntos fuertes de la miniserie

Las interpretaciones centrales de Firth y Catherine McCormack como su sufrida esposa ponen cara y emoción a lo que, de otra manera, podría no ser más que una sucesión de, por ejemplo, teorías conspiratorias sobre quién pudo estar realmente detrás del atentado. Ella, por ejemplo, tiene unas pesadillas terribles sobre el momento en el que explota la bomba y cada vez está más preocupada por la obsesión de su marido por conocer la verrdad.

Es fácil seguir la historia, lo que Swire va descubriendo y las maniobras geopolíticas de la época porque la miniserie lo cuenta todo de una manera muy clara

Ahí entra en acción un periodista escocés que la serie utiliza más como una manera de poner al día al público de cosas que, de otro modo, Swire tendría imposible saber, como la investigación policial del atentado o los diferentes avisos previos a la inteligencia estadounidense de que iba a producirse algo de aquel calibre. Y lo que sí resulta interesante es la inclusión de Abdelbaset Al Megrahi (Ardalan Esmaili), sospechoso de ser un agente de la inteligencia libia y, al final, único condenado por el incidente.

Megrahi acaba siendo un peón de Gadafi en su conflicto con Occidente, alguien que pensaba que sería protegido por su presidente solo para ser el sacrificado por un bien mayor, como si dijéramos, y quien también alimenta las dudas de Swire sobre lo que ocurrió alrededor de aquel vuelo de Pan Am. Porque Lockerbie está contada desde el punto de vista del doctor, que escribió un libro, junto a Peter Biddulph, detallando todo el proceso de duelo y búsqueda de respuestas. Su motivación es saber por qué murió su hija, qué intereses había detrás del atentado contra aquel avión y conseguir que se haga justicia de verdad. Y es fácil seguir la historia, lo que Swire va descubriendo y las maniobras geopolíticas de la época porque la miniserie lo cuenta todo de una manera muy clara.

‘Lockerbie: En búsqueda de la verdad’ encuentra en Firth su mejor baza .

Las otras Lockerbie

Es una miniserie muy clásica que abre la veda de otras ficciones audiovisuales sobre el asunto que llegarán próximamente, como la que están rodando BBC y Netflix con Connor Swindells, Merrit Wever y Patrick J. Adams, y que se centrará en la investigación del atentado por parte de la policía escocesa y el FBI. Es decir, en el otro lado de la moneda. Lockerbie: una búsqueda de la verdad muestra la historia desde las familias de las víctimas, desde los que se quedan con la memoria de sus hijos, padres y amigos como única manera de mantenerlos vivos y, por eso, quieren que se les haga justicia.

No es una serie innovadora, pero para quienes desconozcan qué sucedió y el contexto geopolítico a su alrededor, probablemente va a ser un visionado mucho más interesante que para quienes lo recuerden

Nada hay más atrayente para la ficción que una madre coraje, o un padre coraje en este caso, alguien que, a su pesar, acaba erigido en la voz de quienes afean a las instituciones que se queden con las respuestas simples y fáciles y no quieran continuar indagando para airearlo todo.

No es una serie innovadora, pero para quienes desconozcan qué fue Lockerbie y el contexto geopolítico a su alrededor, probablemente va a ser un visionado mucho más interesante que para quienes todavía lo recuerden. Su gran baza es Colin Firth y su retrato de un hombre dispuesto a prácticamente todo para conseguir que la muerte de su hija no quede reducida a un pie de página en la pelea entre dos actores internacionales más preocupados por la retórica y la óptica.

‘Lockerbie: En búsqueda de la verdad’ está disponible en SkyShowtime.